En perspectiva

Por Natalia Iturra Osorio y Javiera Moya Silva

En los últimos años, en Latinoamérica ha explotado la popularidad de la cultura japonesa, específicamente el anime (series animadas) y manga (cómic). Esto se ha visto reflejado tanto en redes sociales como en la propia cultura de los jóvenes. Este fenómeno se ha consolidado como fenómeno social que ha quedado totalmente expuesto en las manifestaciones sociales, en especial en el denominado Estallido social de 2019. A partir de ese momento se hizo aún más común ver las calles inundadas de carteles con dibujos o imágenes con frases que hacían alusión a temas relacionados a las revueltas y al sentimiento compartido de la gente sobre las movilizaciones.

“esta utilización tiene que ver con sucesos del anime, motivos y personalidad de algunos personajes icónicos”

Es interesante que muchas de estas consignas tomaron como referencia a personajes animados. Esta relación no es casual, ya que esta utilización tiene que ver con sucesos del anime, motivos y personalidad de algunos personajes icónicos. Esto nos hace pensar cómo estas historias sirven de inspiración para los jóvenes, quienes ven reflejada la situación de estos en la vida real. Por ejemplo, el personaje de ficción Naruto es huérfano, vive solo y en la sociedad en la cual vive al estar jerarquizada corresponde a un estrato social inferior y de bajos recursos. Es en esta sociedad corrupta y de guerras donde Naruto es discriminado, pero a pesar de la situación, Naruto aspira a ser Hokage (el equivalente a presidente), para cambiar el mundo en el que vive, además de demostrarles a todos quienes lo tratan como inferior que con esfuerzo, perseverancia y luchando por lo que es justo, se puede triunfar y cambiar a la sociedad.

La utilización de las imágenes animadas no se restringe solo al uso en el espacio público, también están presentes en el espacio virtual. Esto lo hemos visto en una serie de memes, como los del famoso anime, Kimetsu no Yaiba (asesinos de demonios). Inosuke un personaje con una cabeza de Jabalí fue utilizado en decenas de memes, ya que aparte de su personalidad desenfrenada y pura, solía confundir los nombres de los personajes. Por lo tanto el meme era, “Renuncia Piraña y Sándwich” o también se hicieron ver memes del anime de Sailor Moon, en relación a la frase conocida “¡Te castigare en el nombre de la luna!”. Además Pikachu, el famoso personaje de Pokemon, tuvo un presencia fuerte en los memes, debido a que se afianzó en las protestas como un ícono representativo a causa del corpóreo del personaje utilizado por Giovanna Grandón, hoy constituyente, quien se hizo conocida en 2019 como la Tía Pikachu. Por otro lado, uno de los más vistos fue el meme del personaje Meruem de Hunter X Hunter (2011), quien decía algo como: “En manos de un incompetente, el poder no trae nada más que la ruina”.

“Basta con recordar los icónicos casos de la declaración de los ‘naturos como soldados’, lo que es una sobreinterpretación risible o la incorporación de la forma de correr del personaje por parte de alguna diputada con mucha tribuna pública”

Si bien podemos explicar esta asociación masiva de los memes a la cultura visual como la búsqueda de una sátira de las situaciones actuales que representan algún tipo de conflicto. Creemos que este fenómeno nace directamente de la gente más joven, la que de alguna u otra manera intenta hacerse parte de este movimiento social y convoca a las generaciones más jóvenes al debate de la contingencia nacional. Basta con recordar los icónicos casos de la declaración de los “naturos como soldados”, lo que es una sobreinterpretación risible o la incorporación de la forma de correr del personaje por parte de alguna diputada con mucha tribuna pública. Lo cierto es que lo que creen entender o representar alimenta progresivamente el tono festivo que resulta de este código que despierta tanta curiosidad.

Por medio de las redes sociales y a través de la creación y circulación de memes que se adaptan a la contingencia social y política, los jóvenes chilenos han encontrado un lugar dentro del debate. Se suele referir a la aparente falta de interés de las generaciones más jóvenes e incluso de opinión política. Sin embargo, el uso del humor como medio de denuncia debería ser considerado como la expresión de una opinión política mediante un lenguaje que nos resulta conocido y propio.