Reseña a Mandíbula de Mónica Ojeda

Por José  Hernández

Mandíbula (2018) es la tercera novela de la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988), una pieza narrativa que nos relata la historia de una adolescente, llamada Fernanda, fanática de las historias de terror y de los creepypastas. La protagonista despierta en una cabaña en medio del bosque secuestrada por quien era su profesora de Lengua y Literatura, Clara, una mujer joven a quien Fernanda y sus amigas la han atormentado durante meses en un colegio de élite del Opus Dei donde estudiaban. La novela de Mónica Ojeda habla sobre las relaciones entre mujeres jóvenes y entre madres e hijas, la violencia y el miedo como aprendizaje. Todas estas temáticas giran en torno a lo monstruoso femenino y de la teoría de la abyección que los encontramos de una manera casi poética a lo largo del relato.

Por monstruoso femenino nos referimos a “aquello sobre la mujer que resulta escandalizante, horroroso, temible, abyecto” (Creed 1). Esta monstruosidad femenina es representada por la autora en la figura de Clara López, profesora de Lengua y Literatura, quien secuestra a Fernanda, una de sus estudiantes, que despierta en una cabaña en medio del bosque. En este pasaje se empieza a entablar lo que Kristeva (1980) postulaba en su teoría de la abyección, mencionando que:

Hay en la abyección una de esas violentas y oscuras rebeliones del ser contra aquello que lo amenaza y que le parece venir de un afuera o de un adentro exorbitante (…) Asustado, se aparta. Repugnado, rechaza (…) no es un ob-jeto en frente de mí, que nombro o imagino (…) Del objeto, lo abyecto no tiene más que una cualidad, la de oponerse al yo (7-8).

Dentro de la novela, observamos esta abyección de principio a fin. Por un lado, en la relación de Clara con su madre fallecida, a quien recordaba pero a la vez se alejaba “Dos o tres días al mes no son nada, se dijo para consolarse, y aunque el uniforme la despersonalizaba y la alejaba peligrosamente de su madre muerta, pensó que sería capaz de soportarlo” (Ojeda 16). También la observamos en la necesidad de que Fernanda reconozca a Clara como una madre, aun sabiendo que era imposible dicha afinidad entre una maestra y una estudiante, pero ese ímpetu de ser madre-maestra mueve a Clara a enseñarle a Fernanda una lección inspirada en el miedo mismo:

Clara había intentado ser igual a su madre a pesar de que Elena le había dicho, muchas veces antes de morirse, que no existía igualdad posible entre una madre y una hija. (…) Tampoco existía igualdad entre una maestra y una estudiante a pesar de que las buenas maestras, decía, intentaban salvar las diferencias (Ojeda, 58).

“La novela desarrolla sutilmente diversos giros dentro de la narración, donde se intercalan de una manera poco habitual, cambios de escenario de un párrafo a otro”

De una manera magistral, la autora representa esta temática en las relaciones entre el grupo de estudiantes compuesto por Fernanda, Annelise y Ángela, quienes poseen una relación muy peculiar, en tanto que Fernanda insta a las demás para que todas acosen a Clara, su maestra, de una forma violenta, gestándoles bromas y burlas, lo que vuelve esta amistad en algo tóxico. Un ejemplo de esto es la broma que realizan simulando el asesinato de la familia Clutter en A sangre fría de Truman Capote. La novela desarrolla sutilmente diversos giros dentro de la narración, donde se intercalan de una manera poco habitual, cambios de escenario de un párrafo a otro, lo que enriquece la lectura y te hace pensar que estás viendo una película de terror.

El miedo también es recurrente dentro de la novela, pues es la lección que Clara le imparte a Fernanda cuando la secuestra. A su vez es el miedo lo que mueve a Fernanda y Annelise a cometer tales actos, pues Fernanda atemoriza a su madre, mientras que Annelise le teme a la suya. Además, es Clara a quien el miedo la hizo su presa, en este caso de la ansiedad que la hacía encerrarse en el baño de profesores a llorar y a limpiarse el sudor del cuerpo, producto del abuso del cual fue víctima.

            A partir de lo anterior, el miedo, la violencia y las relaciones entre madre-hija y amigas impregnan la novela de Ojeda de una abyección que hace posible que lo monstruoso femenino se haga presente en todo momento. En Mandíbulase representa a una juventud rebelde que no tiene respeto por la autoridad de una manera grotesca y matona, y que junto con poseer muchas referencias a la cultura del cine y de internet, la hacen, una de esas novelas de terror, especiales para ser leídas por jóvenes amantes del género, a las cuales hay que leer prestando atención a los detalles narrativos que la autora nos presenta.

Referencias bibliográficas

Creed, B. (2016). “Terror y el monstruo femenino”. La Fuga, 18, ISSN: 0718-5316.

Kristeva, J. (1980). “Sobre la abyección”. Poderes de la perversión: ensayo sobre Louis-Ferdinand Céline. París, Francia: Siglo xxi editores, s.a.

Ojeda, M. (2018). Mandíbula. Barcelona, España: Editorial Candaya