Entrevista a Viviana Pinochet Cobos

Por Javiera Sobarzo

Viviana Pinochet Cobos es Licenciada en literatura de la Universidad de Chile, realizó su Magíster y Doctorado en literatura en la Universidad de Rutgers en New Jersey, donde también se especializó en teatro. Está interesada en la literatura para infancia, adolescencia y juventud y en cómo trabajarla en aula, ya que al ejercer la docencia en escuelas evidencia que les estudiantes leen muy poco teatro y que en los planes y programas del Ministerio de Educación de Chile carecían de este tipo de lecturas actualizadas y equitativas en términos de género. Es en relación a sus estudios e intereses que ha participado en diferentes proyectos, como la antología Imaginar la escena: teatro chileno contemporáneo para jóvenes (2018) y la creación de un archivo digital de Sergio Vodanovic. Actualmente trabaja en el archivo de Jorge Díaz.

La antología Imaginar la escena: teatro chileno contemporáneo para jóvenes (2018) publicada por Pehuén es una recopilación de seis textos dramáticos que son acompañados de una presentación elaborada por les mismes autores o bien por alguien que haya participado en el proceso creativo. Esta antología fue elaborada en el marco de un proyecto financiado por el Ministerio de las Culturas, el Arte y el Patrimonio, en el que se considera también el trabajo con las obras en aula en distintos niveles de la educación media y el registro de las experiencias en una bitácora.

El archivo digital de Sergio Vodanovic surge desde la idea de elaboración de un proyecto sobre una serie de crónicas del dramaturgo publicadas en diarios y columnas que Viviana encontró cuando comenzó a conocer su obra, no obstante, el plan no funcionó como esperaba. Para elaborar este primer plan debió acercarse a la familia de Vodanovic. Conoció a Betty Johnson, su viuda, quien en vida construyó un gran archivo del dramaturgo. En ese momento se da cuenta de que debe comenzar por la elaboración de un proyecto sobre ese archivo, trabajo que comienza en 2017 junto a Daniel Berrios.

Ambos proyectos se relacionan mediante el mundo del teatro y las artes escénicas, un área conocida por Viviana Pinochet, quien comenta que desde pequeña asiste al teatro y realiza lecturas de obras dramáticas, ideas que defiende con gran ímpetu y promueve en la educación.

¿Por qué realizar una antología teatral inspirada en un público joven?

En primer lugar porque yo empatizo mucho con esa audiencia, me gustan mucho las novelas para la juventud, me gustan las series para juventud, todavía sigo consumiendo los distintos productos culturales para ese rango etario y los disfruto, pero además de eso, hay cosas buenas y cosas malas también, y eso es importante atenderlo (…) Creo que uno de los problemas graves que tenemos en términos de oferta cultural es que para los profes es muy difícil seleccionar obras para llevar a los cursos, porque las entradas a teatro no siempre son muy baratas, el tiempo tampoco abunda, entonces para un profe ir a ver obras para elegir para a cuáles llevar a sus estudiantes es súper difícil, incluso también el problema es que no tienen herramientas, no van habitualmente al teatro, entonces también mi objetivo era dar herramientas y acercar a la dramaturgia contemporánea a los profesores para que pudiesen partir de ahí y motivar la lectura, ya que en la dramaturgia contemporánea cada vez hay más publicaciones.

¿Bajo qué ideas pensó la lectura de la antología?

Me preocupé de que hubiera temas contingentes además de diversidad de autores y autoras. Creo que hay temas a los que le hacemos un poco el quite en las escuelas (…) Yo quería que hubiese varios temas que abordar sin prejuicios o ciertas predisposiciones hacia algunos géneros, ¿en qué sentido? me preocupé de que hubiese temas como la revisión de la historia, el conflicto en el Wallmapu desde la perspectiva de la militarización y desde la perspectiva de los mapuche que representaran reflexiones también del sistema educativo. Por eso hay una obra a nivel de liceo y otra a nivel de universidad. También hay reflexiones sobre la identidad de género, tensiones entre clases sociales, también el tema de la inmigración (…) Eran temas que sentía que eran urgentes para la educación media y también urgentes de abordar.

¿Considera que las obras teatrales y los textos dramáticos resultan determinantes en el proceso de la formación literaria?

Creo que la experiencia de un espectáculo de artes escénicas de buena calidad es muy relevante para que una persona después tenga la motivación para seguir participando de ese tipo de encuentros. La verdad es que en ese sentido creo que es muy importante también que los profesores y profesoras seleccionemos bien a dónde llevar a nuestros estudiantes, sepamos que hay personas haciendo teatro de súper buena calidad pensando en ese segmento (…) Hay teatros para primera infancia, ahora hay teatros para todas las edades, hechos con mucho profesionalismo y cariño, entonces es importante difundirlo y apoyar a los artistas. En cuanto a la lectura, creo que también nosotros estamos mucho más expuestos, por ejemplo, a la narrativa a partir en diversos formatos, como en las series, en las películas, además de los cuentos, los cómics, etcétera y entonces es como una forma de contar una historia en la que estamos muy acostumbrados. En cambio, el teatro nos ofrece otra forma de contar historias y no solo de contar historias, también de transmitir emociones y en ese sentido se conecta más con el género lírico pero puestos en un espacio, entonces tiene tantas posibilidades y tanta densidad que me parece que siempre podemos encontrar algo con lo que relacionarnos.

ha habido una desprotección enorme por parte del gobierno y no han atendido bien a las necesidades del sector. Estos planes de desconfinamiento o confinamiento, en el fondo, han un poco priorizado los mercados que mueven más plata en desmedro de la cultura, lo cual me parece muy grave”

¿Cómo ve el escenario teatral en el contexto actual?

Creo que en Chile ha tenido como una conexión con la sensibilidad a nivel social súper grande (…) Es súper permeable el teatro a la contingencia entonces en ese sentido tiene mucho que decir y creo que general es súper autoconsciente, se cuestiona su soporte, sus funciones, su capacidad de comunicar. Está siempre revisando la práctica desde distintos ángulos, entonces eso también permite una mirada crítica importante. Creo que en el contexto del estallido social el teatro tenía mucho que hacer y qué decir y yo diría que la mayoría se volcó a las calles y permitió hacer un cuestionamiento (…) Ya pasando al contexto de la pandemia es difícil porque es otro contexto súper distinto. En ese contexto [estallido] el teatro estaba en la calle y después hubo repliegue. Creo que la pandemia ha sido productiva en términos de que en un comienzo permitió cuestionarse cuál era la naturaleza de la representación y cómo lo hacíamos perdiendo esta convivencia presencial que implica compartir en una sala teatral y esa dimensión ritual. Había que hacerlo online y yo lo encontraba muy complejo, pero adhiero mucho a la discusión que plantean: “tenemos que seguir trabajando sean cuales sean las condiciones. Hay que seguir trabajando, nuestra pega es crear, nuestra pega es actuar” y en ese sentido es súper productiva la discusión que se pueda generar, pero también hay que hacerlo desde la realidad de que los trabajadores de la cultura tienen que seguir trabajando sean cuales sean las condiciones. Creo que, sin lugar a dudas ha habido una desprotección enorme por parte del gobierno y no han atendido bien a las necesidades del sector. Estos planes de desconfinamiento o confinamiento, en el fondo, han un poco priorizado los mercados que mueven más plata en desmedro de la cultura, lo cual me parece muy grave, ha sido un medio muy golpeado y muy poco protegido (…) Creo también es un medio súper solidario, resiliente y creo también que se van a buscar formas de hacer teatro al aire libre, de cómo sea seguir. Estoy segura que en el fondo la han pasado muy mal todos y todas pero que van a seguir trabajando porque hay mucha vocación y compromiso.

Generalmente las personas se sienten más atraídas por la puesta en escena de las obras dramáticas, considerando esto ¿Cómo se fomenta el gusto por el texto teatral frente a la escasez del recurso visual/auditivo que construye la experiencia artística de ir al teatro?

Hay mucha gente a la que no le gusta ir al teatro, yo tengo amigas que me dicen “no lo puedo soportar”. Creo que es por una formación el no saber cómo interpretar los signos que vemos en escena porque muchas veces hacen referencia a formas de actuar, a estilos y eso también es un gusto adquirido. Ir a las funciones como leer los textos son gustos adquiridos, por ende, es responsabilidad del sistema educativo darnos las herramientas para poder tener una buena lectura tanto del espectáculo como el texto, así como nos tienen que dar las herramientas para que nosotros podamos leer cualquier texto y comprenderlo, también nos tienen que dar las herramientas de comprensión de los textos teatrales. Cuando hablo de comprensión lectora no voy a “qué dijo el personaje de la escena, no sé cuánto”, si no que podamos codificarlo y apreciarlo en toda su potencia. Entonces hacer eso es un trabajo que tiene que ser gradual y sostenido durante todos los años de formación pedagógica que uno tiene. A nadie se le ocurriría decir que todas las novelas que se leen se tienen que transformar en una película, pero con las obras de teatro sí pasa eso, “no leen teatro si no es para representarlo.” Creo que ahí hay un error (…) bacán que se represente teatro, encuentro que es una experiencia muy enriquecedora en cualquier momento de tu vida, pero además creo que eso no puede ir en desmedro de la lectura y de que aprendamos que leer tiene que ser un placer. Ese es un problema transversal en los planes lectores en casi todos los colegios (…), en las bibliotecas hay pocos textos teatrales disponibles para los estudiantes, para infancia hay súper poco de teatro (…), hay libros ilustrados de narrativa y poesía, pero no hay casi nada de teatro ilustrado que podría hacerse también ¿por qué no? En ese sentido creo que el teatro como género, si lo veo desde la literatura está super poco desarrollado, solo como literatura y como lectura (…) La idea es dar herramientas para hacer una lectura crítica, más allá de la comprensión de lectura. Todavía hay varios paradigmas de que esa es la forma de evaluar la lectura, es tratar que los estudiantes puedan asimilar el potencial crítico que presenta un texto, de cómo ese texto critica la cultura, y cómo nosotros podemos criticar la forma en que ese texto representa los fenómenos culturales. Creo que si logramos hacer eso vamos a tener ciudadanos mucho más comprometidos y pensantes.

Hay proyectos que son muy institucionales, pero también hay archivos comunitarios y es importante entender que cualquier persona puede archivar o puede participar de un proyecto de resguardo de la memoria porque todos participamos de esa memoria”

¿Cómo ha sido la recepción de los proyectos por el público? ¿Se leyeron? ¿Cumplió sus propósitos? ¿Qué apoyos tuvo?

En el caso de la antología, no sé qué alcance tuvo. Sé que se compró para algunas bibliotecas, pero más allá de mi propia experiencia con los talleres no sé cómo le fue después. No he sabido de otros profes que la hayan trabajado, me encantaría que fuese así, pero la verdad es que no lo sé. Sí tuve mucho apoyo de los dramaturgos y dramaturgas, la verdad es que la esfera del teatro es muy comprometida con las audiencias, de harta vocación y compromiso, entonces en ese sentido son muy receptivos a cualquier proyecto que pueda hacer llegar ese mensaje a más personas. En la esfera de los archivos he tenido cosas muy gratas y otras quizás no tanto, pero en general han tenido buena recepción, la gente se da cuenta de la importancia de ese resguardo, pero no hay mucha política en cuanto al resguardo archivístico y eso es lo que quisiéramos que cambiara. Nuestra idea es llegar a la mayor cantidad de personas y generar un cambio al entender los archivos. Hay proyectos que son muy institucionales, pero también hay archivos comunitarios y es importante entender que cualquier persona puede archivar o puede participar de un proyecto de resguardo de la memoria porque todos participamos de esa memoria. Creo que es importante cambiar ese enfoque, y eso me motiva harto. Ahí puedo vincular las dos cosas, es súper importante trabajar con archivos en aula, ya sea de teatro o de otras áreas (…) Está todo este esfuerzo por generar nuevos materiales, pero no basta con eso, tenemos que generar maneras en que esos materiales lleguen a las personas que lo pueden usar y eso pasa con los libros y también con los archivos. Pasa también con el teatro en escena, cómo hacemos para llegar a esas personas y eso requiere un trabajo muy colaborativo entre las familias, los profes y los mismos estudiantes que tengan ese compromiso con su misma formación.

¿Qué otros proyectos tiene en consideración?

Estoy terminando el archivo de Jorge Díaz. Creo que para colegios debería tener alto impacto, porque en casi todos los colegios se lee el Cepillo de Dientes, así que ahí va haber harto material. Estamos empezando este catastro nacional de artes escénicas, la idea es trabajar en todas las regiones, con distintos grupos artísticos, para saber quiénes guardan documentación ya sea física o digital, como papeles, fotografías, lo que sea, quiénes los resguardan, por qué lo hacen, cómo les gustaría que se conservaran, qué es lo que se necesita para que eso no se pierda. Es un primer sondeo. Así súper ambiciosamente, nos gustaría poder incidir en cómo se elaboran políticas para la conservación, difusión y resguardo de ese patrimonio.