Reseña a Había luz o algo parecido a la luz de María José Ferrada

 

Por Juan Molina

Había luz o algo parecido a la luz es el primer poemario de la reconocida autora María José Ferrada, con ilustraciones de Rodrigo Marín. El libro nos sumerge en la sensación de encontrarnos desorientados en un bosque, extrañados del entorno y de lo que podemos encontrar en el camino. La obra ofrece una experiencia sobre cómo las cosas se crean y desaparecen en ciclos vitales y sociales. Aquí todas las historias comienzan en un bosque.

Los veinticuatro poemas que conforman el libro parecen mostrar distintas sensaciones e imágenes de una misma historia fragmentada. Al ser espectadores nos volvemos partícipes de una historia que creemos conocer, pero sin saber el origen de ese conocimiento. Por medio de las páginas, recorremos una historia de un momento o acontecimiento distinto pero entrelazados entre sí, un entramado de situaciones que se conectan con la naturaleza y con los hechos acaecidos en la misma, poniendo énfasis en la civilización y la tecnología. Esto llega al punto en el que ya no se identifica que pertenece y qué no al mundo. Todo se presenta desde la pequeña mirada de animales antropomórficos.

la tecnología propia del humano como cables, cauces artificiales de ríos y estructuras, se mezclan con las flores del bosque y sus animales, volviéndose uno”

De igual forma, por medio de la lectura se percibe que todo cumple un rol, consciente o no. Todo es inicio y luego un final a través del bosque, volviendo a repetirse el mismo ciclo. La naturaleza y los vestigios de animales o humanos son devorados por la naturaleza para que todo pueda volver a comenzar. Las creencias nacen en una sociedad en la que no somos conscientes de vivir en una sociedad: “creamos un dios, un trozo de madera que cubrimos con la piel de un ciervo”(Ferrada 13). Simultáneamente la tecnología propia del humano como cables, cauces artificiales de ríos y estructuras, se mezclan con las flores del bosque y sus animales, volviéndose uno, a causa de la adaptación de estos a las formas nuevas del humano. La representación de la dualidad se potencia con el trabajo de ilustración de Rodrigo Marín, de una manera en que las imágenes hablan e interactúan con el lector y el poema. En Había luz o algo parecido a la luz las imágenes no cumplen un rol puramente estético, sino que son una herramienta más de expresión de sensaciones.

Este poemario evoca una nostalgia hacia nuestros orígenes y cuestiona la manera en que convivimos con la flora y fauna e incluso invierte la perspectiva y se pregunta cómo la flora y fauna nos perciben. La lectura de Había luz o algo parecido a la luz entrega también sensaciones fugaces, desconocidas, y entrañables, lo que permite una experiencia sensorial que evoca una realidad familiar.

Referencia bibliográfica

Ferrada, María José. Había luz o algo parecido a la luz. Chile. Santiago: Editorial USACH, 2020.